El euro cuántico
El euro es a la economía del sur lo que un Agujero negro es al cosmos; un espacio por donde todo se escapa, capaz de tragarse lo que encuentra a su paso: ahorros, empleos, viviendas, vacaciones, sueños… sin un “átomo” de piedad.
El problema es que, como lo que entra en un agujero negro, no tenemos ni idea de a dónde va, simplemente desaparece, se esfuma, se desintegra, nos quedamos con cara de idiotas preguntándonos si nos hemos perdido algo de la película o sencillamente la película era una pésima historia contada por un pérfido director y con mas trampas que una de terror.
Si tenemos la suerte de que sea un Agujero de gusano, a lo mejor aparece en otra dimensión y, si como parece ser conseguimos en un futuro viajar a través de ellos, podemos encontrarnos la grata sorpresa de recuperar todo lo que perdimos en un tiempo. ¿Os imagináis recuperar nuestras casas, bicicletas, días tranquilos sin amenazas del ejecutivo ni agobios económicos? Qué felicidad, simplemente todo era un mal sueño.
Con el euro pasa también que te acercas al famoso horizonte de sucesos sin darte cuenta, andas feliz y confiado, te distraes un poco y !zas !: ya estas en el horizonte de sucesos. Es decir, la presión fiscal, la bajada de sueldo, el recorte de la pensión… y de ahí no sales ni agarrado a los anillos de Neptuno, que como son de polvo de poco te van a servir. Además, los que te ven desde otra dimensión te echan la bronca por torpe y por hacer mal las cosas. “¿Por qué te acercaste tanto si no tenías el control? Eso te pasa por creerte Superman y volar por encima de tus posibilidades, inútil”. Y todo esto en alemán.
Lo curioso es que sí hay una zona por la que parece ser que no te desintegras, justo en el centro del agujero. Pero ahí están los que lo han organizado todo y se van de rositas. Perdona, todavía hay clases. Si no, el euro y el universo serían muy injustos con los mas listos y con enorme capacidad para liarla.
Otra cosa apasionante y peculiar del euro es el principio de incertidumbre. Si, como el de Heisenberg, nunca le pillas, está en tantas partes y ninguna al mismo tiempo que siempre se te escapa, creías que estaba en tu banco y no está, en tu nomina y tampoco, en tu bolsillo !tampoco!. Luego aparecen todos juntos en Suiza, cómo no, encima justo del LHC. Es decir, de “El Gran Colisionador de Hadrones”; de ladrones no, de Hadrones. Supongo que es el lugar más seguro porque quién va a sospechar de un país que trabaja junto con otros, incluida España, en algo tan importante como la búsqueda del Boson de Higgs, la famosa partícula de Dios, el principio de la gran explosión.
Ojalá la encuentren pronto porque, si no, como el euro siga su evolución cuántica, poco importará a los supervivientes cómo empezó todo, sabiendo que el agujero negro se nos sigue tragando inexorablemente.
¡Cómo no se me habrá ocurrido antes acudir a la física para entender lo que nos pasa! Espero que lo disfrutéis.